El rol del Trabajador Social dentro de las diferentes áreas de la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia -PNA- es clave, ya que se encarga de evaluar, orientar y acompañar a personas y familias en situaciones de vulnerabilidad.
Su labor promueve el acceso a derechos, fortalece redes de apoyo y genera cambios positivos en el entorno social, además de identificar situaciones de riesgo mediante la evaluación del entorno familiar y social, a fin de proponer acciones orientadas a la restitución de derechos, siempre priorizando el bienestar y el interés superior.
La licenciada Lidia Riz es una de los 16 Trabajadores Sociales que integra el Área de Protección Judicial de PNA, da seguimiento a los casos en los que ya se ha implementado una medida de protección judicial a favor de niñas, niños o adolescentes, con el objetivo de identificar un recurso familiar idóneo.
“Se hace visita domiciliaria donde se verifica directamente el entorno individual, familiar y las condiciones de vida, eso nos ayuda a ver los factores de protección o de posibles riesgos que se pueden atender previo a identificar a la persona como recurso, y realizamos una entrevista social”, comentó la licenciada Riz.
Posteriormente, elabora el informe social que recopila la información obtenida durante la visita, detalla los hallazgos, incluye un análisis técnico, así como conclusiones y recomendaciones orientadas a garantizar la protección del niño, niña o adolescente cuyos derechos han sido vulnerados. El informe se presenta ante el juez competente para que dicte una resolución en el caso.
“El año pasado realicé 526 informes de estudios sociales, acumulándose en esos informes diligencias de constatación y seguimiento, ya que muchas veces realizamos más de un informe en cada caso de acuerdo con la necesidad y orden judicial. En lo que va de este año, he redactado 158. Las principales causas atendidas han sido la desintegración familiar, la vulneración del derecho a la educación y el abuso sexual, en la modalidad de maltrato”, explicó la profesional.
A pesar de que muchas veces las jornadas son extensas, la licenciada Riz dijo que le apasiona su profesión, porque le permite contribuir a mejorar la condición de vida de una de las poblaciones más vulnerables del país.
En ese sentido, indicó: “proteger a la niñez y adolescencia, es creer en un futuro digno, y cada evaluación social que integra la búsqueda del recurso familiar idóneo es un paso hacia la esperanza de cada uno de ellos.”
En el marco del Día del Profesional de Trabajo Social, que se celebra cada 2 de mayo, la Procuraduría General de la Nación reconoce la importancia de la labor que desempeñan en la promoción y defensa de los derechos humanos, especialmente en la protección integral de niñas, niños y adolescentes. Su compromiso, empatía y profesionalismo son fundamentales para generar cambios positivos en la sociedad.
