El proyecto de vida representa la capacidad de imaginar, planificar y construir un futuro deseado. Para las niñas, niños y adolescentes -NNA-, este proceso es fundamental en su desarrollo integral. Sin embargo, cuando son captados por grupos delincuenciales, sus metas o sueños se ven interrumpidos, porque les ofrecen un modelo de vida distorsionado.
“La captación ya no ocurre únicamente en las escuelas; ahora también sucede en campos de fútbol, espacios recreativos, redes sociales o a través de videojuegos”, advirtió la licenciada Lidia Riz, profesional en Trabajo Social de la Procuraduría de la Niñez y Adolescencia -PNA-.
La forma más usual que las pandillas o grupos criminales atraen la atención de los NNA, es ofreciéndoles zapatos, ropa y cualquier otro artículo que les atraiga la atención, de manera que parezca algo positivo o atractivo.
Usualmente, los NNA más vulnerables, son quienes viven en pobreza, pobreza extrema, tienen baja autoestima o viven con familias desintegradas, donde no hay una figura de protección, amor y afecto.
Otro aspecto importante, es que buscan a niñas, niños o adolescentes de 8 a 13 años, debido a que, a esa edad no enfrentan procesos penales, sino que reciben medidas de protección.
De acuerdo a estadísticas de la Unidad Operativa de la Coordinadora Nacional del Sistema de Alerta ALBA-KENETH, los adolescentes de género masculino el más propenso a esta situación, pues del 1 de enero al 31 de mayo del año en curso la registra 45 alertas relacionadas a reclutamiento de adolescentes, por parte de grupos delictivos.
Limitaciones en el proyecto de vida
Cuando un NNA es reclutado, las consecuencias son lamentables, pues abandonan la escuela, lo que reduce las oportunidades de acceder a un empleo digno y mantiene el ciclo de pobreza y exclusión social. Además, la expectativa de vida se reduce drásticamente, pues son expuestos a situaciones de violencia o incluso la muerte prematura, lo que frustra por completo cualquier proyecto de vida a mediano o largo plazo.
La captación de NNA por parte de grupos delincuenciales no solo vulnera sus derechos fundamentales, sino que también rompe con la posibilidad de construir un futuro con dignidad y esperanza.